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RevistaN7 Colomé Iglesia local Paraguay

MISIONEROS EN URUGUAY Y PARAGUAY

Fray Alonso Guerra y fray Antonio Suárez

Los primeros dominicos llegan al sur del continente americano en 1550. Empezó siendo una labor netamente misionera entre los pueblos originarios. Posteriormente, a la par que fue avanzando el proceso colonizar en la región, se fueron diversificando las tareas apostólicas para responder a las necesidades del momento. A tal fin, el Maestro de la Orden erigió el 14 de julio de 1724 la Provincia de “San Agustín de Buenos Aires, Tucumán y Paraguay”, así denominada en la nomenclatura geográfica, política y eclesiástica de la época para la evangelización de lo que constituirá el Virreinato del Río de la Plata hasta la independencia. Actualmente abarcaría los países de Argentina, Uruguay, Paraguay y el sur de Brasil.

Paraguay

Fray Alonso Guerra: segundo obispo del Paraguay

No se conocen muchos datos sobre su origen familiar. Pasó a las Indias como mercader, estableciéndose en Piura, Perú, donde fue dueño de un barco en sociedad con otro comerciante, para la carrera entre Panamá (ciudad) y Lima (1537). Años después abandonó el oficio mercantil, entró en el noviciado dominicano y luego de hacer profesión religiosa (1547), fue enviado al convento de Huamanga. Trasladado a Arequipa como prior, pasó a Lima con el mismo cargo, ejerciendo el rectorado de la Universidad (1569), pero ante la intervención del virrey Francisco Álvarez de Toledo renunció a su alto cargo en la Orden y se retiró a Huamanga.

La diócesis del Río de la Plata con asiento en Asunción se hallaba vacante desde la muerte del franciscano fray Pedro Fernández de la Torre OFM acaecida en 1573. El rey Felipe II nombró en su reemplazo a fray Alonso Guerra, por Cédula Real del 23 de septiembre de 1577. Dos años más tarde lo instituyó canónicamente, convirtiéndolo en el segundo prelado del Paraguay desde la erección de la diócesis en 1547.

En 1582 y a poco de iniciarse el tercer Concilio Limense, el virrey Martín Enríquez comunicaba al Rey llevaba cuatro años en Lima y que “por su pobreza, que no tenía más que el hábito, no se consagraba ni podía ir allá, me pareció que era cosa digna de no permitir que pasase adelante —dice el virrey— sino que se consagrase y asistiese a este concilio para que, acabado luego, se fuera a su Iglesia”. Y así fue, pues la consagración del obispo Guerra tuvo lugar en Lima de manos del arzobispo Toribio de Mongrovejo, el 12 de agosto de 1582.

Entre tanto, Guerra comisionó a Asunción a fray Francisco Navarro de Mendigorria OFM para que administrase la diócesis en su nombre. Una vez terminado el Concilio, en octubre de 1584, el obispo pensó que era tiempo de partir con destino a su diócesis. Salió de Lima en enero de 1584 y luego de permanecer unos días en Santa Fe se encaminó a Asunción llegando a ella en septiembre de 1585.

Trató de reglamentar el manejo de los diezmos, lo que provocó un enfrentamiento con los oficiales de la Real Hacienda. Eran tantos los excesos que halló en su diócesis después de una vacancia de doce años que hubo de poner —escribió al rey Felipe II— “un rostro de hierro contra tantos tigres que me han acometido”.

Se propuso reformar el clero y ordenar sacerdote a fray Luis Bolaños OFM que llevaba diez años de misionero con sólo las órdenes menores. Bolaños fue el primero en ordenarse en Paraguay, en 1585. Para marzo del año siguiente, el obispo ya contaba con una “docena de estudiantes a quienes enseñaba como maestro de coro [...] para ordenarlos y haya quien sirva a la Iglesia”.

A pedido del obispo Guerra, fray Luis Bolaños comenzó a traducir el Catecismo Limense a la lengua guaraní y lo hizo con ayuda de sus primeros discípulos Juan Bernardo y Gabriel de Guzmán, nieto del gobernador Irala, ambos oriundos del Guairá.

Desde los primeros meses del año 1586 comenzaron las primeras disputas entre el obispo Guerra y los oficiales reales por razones de diezmos y rentas eclesiásticas. El prelado echó mano de la excomunión y de la reprensión pública, pero sus enemigos, haciendo uso de la fuerza, lo tomaron prisionero y lo condujeron preso a Buenos Aires. Una vez puesto en libertad, preparó la venida de los jesuitas al Paraguay juntamente con el obispo de Tucumán fray Francisco de Vitoria.

El obispo Guerra fue promovido a la diócesis de Michoacán, en Nueva España, quedando la diócesis a cargo del dominico Navarro de Mendigorría. Falleció en Michoacán en 1592.

Uruguay

Fray Antonio Suárez: fundador del primer pueblo de Uruguay


Según Instrucciones de 1666 fue el primer Doctrinero de la Reducción Santo Domingo Soriano de indios chanás y charrúas en la Banda Oriental del Uruguay, primera población de Uruguay fundada en 1662. Este religioso posiblemente había nacido en Buenos Aires en las primeras décadas del XVII. Era hijo de Antonio Suárez y de María Leal, nieta de Antonio del Pino, el cual fue un herrero y cerrajero portugués, llegado a la ciudad en 1608, que compró un año más tarde el terreno y edificio del antiguo Convento de los Dominicos, y que en la escritura de compra figura como “estandarte y morador en esta ciudad”.

El religioso aparece haciendo testamento en el Convento dominicano bonaerense el 2 de junio de 1649, lo cual quiere decir que hizo su profesión en aquella fecha; parientes de su madre en sus testamentos solicitan ser enterrados en el templo de dicho Convento, en la sepultura que ahí tienen y con el hábito de la Orden, estando vinculados con el patrón del Convento y fundador del Monasterio de Monjas Dominicas de la ciudad en el posterior 1745.

En las Actas capitulares de 1658 aparece asignado al Convento de Córdoba e instituido Lector de Artes para el mismo Convento. Al frente de la Reducción estará desde su fundación hasta por lo menos octubre de 1666; volverá a estar en ella desde 1675 hasta 1677 y morirá antes de 1681.