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Monseñor Ramón Zubieta

FRAY RAMÓN ZUBIETA

Monseñor Ramón Zubieta, OP, misionero dominico en Manila y Perú, fue un predicador incansable del Evangelio, vivió siempre en salida, al encuentro con el otro, con una gran confianza en Dios y defendió la dignidad de los más vulnerables frente a los atropellos contra los derechos humanos de los indígenas por parte de las empresas del caucho. Fue nombrado obispo del actual Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado, en Perú, en 1913. Fundó la Congregación de las Misioneras Dominicas del Rosario para la educación y acompañamiento de la mujer.

¿Quién es Monseñor Ramón Zubieta?

Ramón Zubieta y Les nace en Arguedas (Navarra) el 3 de agosto de 1864. Fue el menor de cuatro hermanos, dentro de un hogar y un ambiente en el que la religión era parte fundamental de la vida cotidiana. Cuando apenas tenía nueve meses se quedó huérfano de su padre Joaquín.

Inicia el noviciado en la Orden de Predicadores en el año 1.881 en Ocaña (Provincia del Santísimo Rosario de Filipinas, dedicada primordialmente a la evangelización misionera en Filipinas y China). Estudia filosofía y parte de teología en Ávila y acaba en Manila, dónde se ordena sacerdote en 1.889. 

Ramon Zubieta joven estudiante dominico

De inmediato inició su trabajo como misionero dominico en Manila, tratando de establecer contacto con los peligrosos grupos de tagalos e igorrotes, sufriendo una dura prisión y peligrando su vida durante dieciocho meses. Tras su liberación, es elegido para poner en marcha el nuevo vicariato misionero en el suroriente peruano asignado a la Orden Dominicana por la Sagrada Congregación de la Fe en 1.901. 

El 21 de febrero de 1902 desembarca en Lima con dos frailes: José Mª Palacio y Francisco Cuesta, que había conseguido a su tránsito por España camino del Perú. El territorio del vicariato abarcaba 130.000 kilómetros predominantemente selvático, en torno a los ríos Madre de Dios y el Urubamba. En este territorio estaban dispersos alrededor de veinte mil indígenas, que por lo general evitaban el contacto con otros, debido a experiencias anteriores, que les habían causado innumerables sufrimientos. 

La tarea misionera era difícil por el número reducido de misioneros, pero la Provincia de Perú se ofreció con un generoso grupo de dominicos para echarle una mano. Estableció un puesto misionero en Chirumbia en la cuenca del río Urubamba y otro puesto en Asunción en el río Madre de Dios. 

Dada la gravedad de la situación del recién nacido Vicariato, el Maestro General de la Orden, P. Jacinto M. Cormier, acudió a la Provincia de España proponiéndola que asumiera la tarea evangelizadora del nuevo Vicariato Misionero como propia. En 1906 el P. Zubieta recibe con alegría al primer grupo de seis misioneros enviados por la Provincia de España.

Este grupo misionero con Ramón Zubieta a la cabeza empieza explorando y conociendo el territorio del Vicariato, convirtiéndose en una de las personas más importantes que ha contribuido al desarrollo y promoción humana y religiosa, de los más vulnerables en estas zonas peruanas olvidadas y desconocidas. Tuvo problemas por la difícil comunicación, la falta de recursos económicos para responder a las necesidades básicas, el bajo número de misioneros para llevar a cabo los proyectos evangelizadores…pero no perdió la esperanza y continuó con su ardor evangélico.

Ramón Zubieta con indígenas y otros misioneros

En el año 1.912 logra la adquisición del Santuario de Santa Rosa de Lima, para atender y fomentar el culto a Santa Rosa, ser convento de acogida de los misioneros llegados de España, centro gestor del Vicariato y casa de descanso y restablecimiento de salud de los misioneros.

Ramón Zubieta, OP, recibe el Orden Episcopal en Roma en 1.913, y es nombrado primer Vicario Apostólico de las Misiones de Santo Domingo del Urubamba y Madre de Dios. Es mismo año funda las Misioneras Dominicas del Santísimo Rosario para el acompañamiento y educación de las mujeres. 

En 1.919 funda la revista Misiones Dominicanas, que recogerá documentos de valor incalculable de la historia del Vicariato, a través de los testimonios de los mismos misioneros.

¿Qué nos enseña Monseñor Ramón Zubieta?

La importancia de salir al encuentro del otro, interesándose por sus problemas y necesidades. Los peligros del camino no impidieron el anuncio del Evangelio

Su gran objetivo en todas las actividades que realizaba era facilitar lo más pronto posible el encuentro con aquellos seres humanos, que aún no conocían la Buena Noticia del Evangelio

Puso todas sus energías en abrir nuevas vías de desarrollo que facilitaran la paz y el bienestar de los habitantes de una de las zonas más olvidadas y marginadas de las regiones andinas y amazónicas peruanas. “Dios solamente sabe lo que sufrí en este tiempo. Sabía de las murmuraciones de algún mentecato y mi único consuelo era pensar que a Jesucristo le tuvieron por loco y endemoniado… Dios sabe que hice todo lo que pude por las misiones…” 

Ramón Zubieta con dos indígenas en la selva

Defendió a los más vulnerables denunciando el trato que recibían los nativos por las empresas del caucho: “Pido protección ya que son perseguidos y cazados como fieras, resultando de esas cacerías la muerte de unos y la esclavitud de otros”. Llegando a hacer un proyecto de futura ley. 

Fue pionero en la promoción educativa de la mujer.

"Me conmovió profundamente la situación de la mujer en la selva. Desde ese momento se me clavó en la mente y en el corazón la idea de remediar tanta vileza y no veía otra manera de introducir en el apostolado la colaboración de religiosas. Sólo ellas podían penetrar en el alma de esas mujeres y darle a conocer su propia dignidad." 

Misioneras Dominicas del Rosario en Perú

En el año 1.913, del convento de dominicas contemplativas de Huesca, partieron cinco religiosas hacia Perú, al frente de las cuales iba la M. Ascensión Nicol, primera Superiora General y artífice con el P. Zubieta de la futura Congregación de las Dominicas Misioneras del Santísimo Rosario. La Congregación hizo posible la creación de nuevos centros educativos y sanitarios. Monseñor Zubieta al final de su vida escribía: “Lo que vosotras hacéis donde quiera que os encontréis, vale más que los trabajos de una comunidad de religiosos, más que todos los sermones, sencillamente porque educáis a la mujer, base de la familia y de la sociedad 

Tenía una gran confianza en la providencia, Dios siempre respondía a las necesidades, a través de las personas y las instituciones, aunque los tiempos eran difíciles. 

¿Qué motivo a Ramón Zubieta, OP a entregar su vida a Dios? 

Ramón Zubieta nació en el seno de una familia cristiana, dónde la fe se vivía y celebraba. Aunque quedó huérfano muy pequeño, gracias al cuidado de su madre Ramona, la devoción mariana a la Virgen del Yugo, patrona de su pueblo, y el ambiente de utopía misionera que, por esos años se vivía en el pueblo navarro, Ramón Zubieta encontró su propia vocación misionera.

Perseveró en su respuesta a la llamada de Dios durante toda su vida gracias a su continua oración, su humildad, su ver a Dios en todo y en todos y su ansia por cumplir su voluntad. Donó su vida como el mejor instrumento evangelizador. 

¿Cuándo murió Ramón Zubieta y Les?

Monseñor Ramón Zubieta y Les, OP, fallece inesperadamente en la casa de las Misioneras Dominicas de Huacho el 19 de noviembre de 1.921. Tenía 57 años intensamente vividos al servicio del Evangelio.

Tumba de Monseñor Ramón Zubieta

A su muerte dejaba abiertas ocho casas – misión en el Vicariato con 21 misioneros. Y la Congregación de Misioneras Dominicas por él fundadas tenía consolidadas siete comunidades, contando con 60 religiosas profesas.

* Fotos obtenidas de Archivo Histórico de la Provincia de Hispania en Salamanca.