Mons. Javier Ariz Huarte, OP, conocido como "Wantupa" (1910-1995), fue un destacado obispo dominico y misionero en Perú. Nació en Pamplona, España, y desde joven mostró vocación por la vida religiosa, ingresando en la Orden de los Dominicos a los 17 años. En 1950, fue nombrado Vicario Provincial de la Provincia de España en las Misiones del Perú, iniciando una labor misionera que se extendería por 45 años.
¿Quién fue Mons. Javier Ariz Huarte, OP?
Javier Ariz Huarte, obispo dominico en Perú, nació en Pamplona el 9 de julio de 1910, hijo primogénito de Ezequiel y Camino. A la edad de 13 años ingresó a la Escuela Apostólica de las Caldes de Besaya (Santander), donde ya comienza a destacar en una de sus grandes cualidades, la erudición en la escritura y la oratoria.
Ante su gran inquietud vocacional e inclinación por la orden de los dominicos, se traslada al Convento San Juan Bautista de Corias (Asturias), y tras realizar sus estudios de humanidades, recibe el hábito dominicano en 1927. Concluido el Noviciado en 1928, realiza sus estudios de filosofía y teología, siendo ordenado sacerdote en Zamora el 5 de agosto de 1934.
Es destinado en 1935 al Convento de Corias y en 1938 a la escuela apostólica de Villava, donde conoce al obispo misionero Mons. Sabas Sarasola, quien impacta enormemente en el P. Javier despertando su vocación misionera, aunque su incorporación a las Misiones tendrá esperar algunos años más.
Es nombrado director de la escuela apostólica, su amor por las misiones en Perú se incrementa aún más y desde este momento firma como “P. Javier Ariz, misionero dominico”. En los años siguientes desarrolla sus grandes facultades como predicador, formando parte de un equipo de predicadores que recorría toda la geografía española. Es destinado al Convento de Oviedo en 1945 y en 1948 al de Padrón en Galicia.
En 1949 es destinado a Roma para formarse en Teología especializada y prepararse para asumir un nuevo cargo:Maestro de Novicios. Pero solo estuvo un año en Roma, pues en 1950 el Maestro de la Orden, P. Manuel Suárez lo nombra Vicario Provincial de la Provincia de España en las Misiones del Perú. Acepta de buen gusto este nombramiento y el 26 de agosto de 1950 llega a Lima en compañía de otro gran misionero, el P. José Álvarez “Apaktone”.
Sus primeros pasos en la vida misionera
Se inicia así su vida misionera en Perú, que durará hasta su muerte 45 años después. En los primeros meses visita como predicador diversas ciudades del norte peruano (Lambayeque, Chiclayo, Trujillo, Huacho), y en octubre de 1950 ingresa a las misiones en la Amazonía peruana, visitando Quillabamba, Chirumbia y Koribeni. A inicios de 1951, y tras una breve estancia en Lima, visita diversas misiones en Madre de Dios (Quincemil, Iberia y Puerto Maldonado), donde coincide con su connovicio el P. Miguel Matamala.
Desarrolla así en territorio misionero su faceta de predicador, y cuando se disponía a visitar la nueva Misión establecida en Sepahua, le llega de Roma el nombramiento de Obispo Coadjutor del Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado, siendo consagrado obispo el 22 de mayo de 1952 en su ciudad natal, Pamplona, siendo consagrante el Cardenal Primado del Perú, Mons. Juan Gualberto Guevara. Su lema episcopal es “Prodesse Animabus” (salir en busca de las almas).
Se cumplían entonces los 50 años desde la llegada del fundador de las Misiones Dominicas en Perú, Mons. Ramón Zubieta, participando directamente en las numerosas celebraciones organizadas en todo el territorio misionero.
Solo un año después, en 1953, funda la organización de Misioneros Seglares de Puerto Maldonado (MISEMA), demostrando su enorme confianza en los seglares para impulsar y ampliar la presencia misionera en el vasto territorio comprendido por el Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado.
Mons. Ariz será el auténtico promotor y alma de esta gran obra, adelantándose incluso a lo dispuesto por el Concilio Vaticano II.
En los siguientes años amplía la presencia de MISEMA a México y España, así como a diversas ciudades del Perú.
En 1959 fallece el obispo titular del Vicariato. Mons. José María García Graín, con lo cual Mons. Javier Ariz pasa a ser el obispo titular, cargo en el que se desempeña hasta 1980, en que fue nombrado obispo auxiliar de Lima.
Aspectos destacados y logros clave
Como obispo misionero durante más de 20 años, destacan importantes hitos a resaltar:
- Creación de MISEMA en 1953, y sus centros asociados en México y España.
- Participación como predicador en el Congreso Eucarístico Nacional y Mariano en 1954.
- Viaje a territorio Amarakaeri del Colorado en 1956, acompañando al P. José Álvarez, viaje misionero memorable tras el cual recibe de los propios amarakaeris el nombre de “Wantupa” (“Papá grande” o “curaca”).
- Obtiene la Resolución del gobierno peruano en 1957 para la creación de estaciones de Radiotransmisores, para mantener comunicados los puestos de misión.
- Fundación de Radio Madre de Dios en 1957.
- Firma del Acuerdo económico-administrativo con la Provincia de España, en 1959.
- Adquisición de la avioneta CESSNA “Fray Martín”, en 1962. Este año participa en las celebraciones realizadas en Lima por la canonización de San Martín de Porres. La avioneta opera durante cuatro años, hasta que en 1966 se produce un accidente cerca de Iberia, falleciendo su piloto el P. José Aldámiz.
- Participación en el Concilio Vaticano II, desde 1962 hasta 1965, donde también pudo reunirse con los Papas Juan XXIII y Pablo VI.
- Recepción de las Palmas Magisteriales, título otorgado por el presidente del Perú en 1966.
- Participación en la Misión Conciliar de 1967.
- Anexión de la Provincia de La Convención (Cuzco) al Vicariato de Puerto Maldonado en 1968.
- Creación de la Red Escolar de la Selva del Sur Oriente Peruano (RESSSOP) en 1971, acuerdo firmado con el Ministerio de Educación que consolida y fortalece la gran red escolar creada en territorio del Vicariato.
- Inauguración de la Iglesia Pro-Catedral de Puerto Maldonado en 1975, acto en el que participa el propio Maestro de la Orden, P. Vicente Cuesnongle.
- Consagración en Puerto Maldonado, del obispo auxiliar del Vicariato, Mons. Juan José Larrañeta, en 1976.
En 1980, tras ser nombrado obispo auxiliar de Lima, se despide de su ministerio misionero y episcopal en Puerto Maldonado, recibiendo múltiples homenajes. Ya había cumplido los 70 años, pero su labor en Lima no es menos intensa, siendo estrecho colaborador de los cardenales Mons. Juan Landázuri y Vargas Alzamora, desempeñando numerosos cargos, tanto en la Arquidiócesis como en la Conferencia Episcopal Peruana.
En 1984, participando en un encuentro de obispos en Roma, la salud da su primera señal de alarma y sufre un infarto de miocardio muy grave, permaneciendo hospitalizado varias semanas. Al año siguiente 1985), cumplidos los 75 años, presenta su renuncia como obispo auxiliar de Lima, pero la aceptación de esta renuncia tardaría 10 años en llegar, pues no fue aceptada hasta el 6 de mayo de 1995, residiendo a partir de esta fecha en el Convento de Santa Rosa en Lima. En 1990 había realizado su último viaje a España.
Fallecimiento de Mons. Javier Ariz Huarte, OP
Los problemas de salud provocados por el delicado estado de su corazón se agravan progresivamente, siendo hospitalizado el 18 de agosto. Fallece en la sala de cuidados intensivos de la clínica “Padre Luis Tezza” el 30 de setiembre de 1995. Sus restos fueron velados en el Santuario de Santa Rosa y en la Catedral de Lima, y posteriormente enterrados en el panteón de los misioneros dominicos en el cementerio “Británico” del Callao. En el año 2000, su sucesor Mons. Larrañeta escribe y publica una detallada biografía de Mons. Ariz, bajo el título: “Monseñor Javier Miguel Ariz Huarte, OP. Semblanza de un hombre bueno”.