El 8 de septiembre de 1956 inició la historia del Padre Jorge Ramón Franco López, en Asunción (Paraguay).
Conoció la Orden de Predicadores a través de las hermanas dominicas del Santísimo Sacramento, una congregación de dominicas paraguayas. Hizo el noviciado en Montevideo en el año 1986, profesando el 8/3/1987. Fue ordenado sacerdote el 4/6/1994 en “El Bañado de Tacumbú” su legado como sacerdote dominico resonaría profundamente en este barrio. Su vida se tejió con devoción y servicio a la Renovación Carismática, donde desplegó su sabiduría asesorando a jóvenes y guiándolos en seminarios espirituales, con un énfasis especial en la vida del Espíritu Santo.
Toda su vida se caracterizó por ser un fraile de una gran espiritualidad y de unas grandes dotes como predicador, muy compasivo hacia los más empobrecidos. Fue maestro de estudiantes durante muchos años y a través de él la mayoría de las vocaciones paraguayas entraron en contacto con la Orden.
Este apasionado sacerdote de carácter alegre y sencillo no solo se limitaba a la predicación, sino que también oficiaba misas de sanación, acompañando a los jóvenes en su viaje espiritual hacia la confirmación. Su presencia cálida y amigable se reflejaba en su costumbre de llamar cariñosamente "pibe" a los jóvenes, ganándose así su confianza de manera natural.
La música era un pilar en la vida del Padre Jorge. Con su guitarra, deleitaba a la comunidad en festivales con canciones como "La chuchi" o "Ne Porâ Che Paraguay". Su conexión con la música también se extendía a las misas, donde acompañaba con su guitarra, fusionando la espiritualidad con la melodía.
Su influencia trascendía los límites de la iglesia; el Padre Jorge se integraba plenamente en el barrio, visitando casas y compartiendo almuerzos con los Bañadenses. Su amor por el fútbol, en particular por el Club Nacional, lo llevaba a la cancha, donde alentaba con fervor a su equipo.Además, organizaba partidos de fútbol en el Bañado, fortaleciendo los lazos comunitarios a través del deporte. Fue uno de los fundadores de la Escuela de Fútbol, que en su homenaje lleva su nombre.
Los domingos por la tarde, su voz resonaba en la Radio Tape Pyahu, donde dirigía el programa "Yo vine para que tengan vida, y vida en abundancia". A través de reflexiones, análisis de canciones y discusiones sobre temas sociales, el Padre Jorge se convertía en una voz respetada y escuchada por muchos.
Su bondad y compromiso iban más allá de las paredes de la iglesia. Se preocupaba genuinamente por las personas, brindándoles ayuda y sirviendo como consejero para jóvenes y adultos por igual. Su legado se cimentó en las huellas que dejó en cada vida que tocó.
Durante un viaje el en los años 90, el Padre Jorge dejó un legado imborrable, un testimonio de amor y compromiso expresado en una carta apasionada que escribió al barrio que lo había abrazado con tanto cariño. En ella, expresaba su añoranza por las calles, las caritas sucias de los niños a quienes amaba, los rostros curtidos de los pescadores y las mujeres madres a quienes admiraba y veneraba.
El Padre Jorge fallece el 5 de noviembre del 2013, muchos lloraron su muerte inesperada en una operación, pero su testimonio de una vida íntegra y su legado espiritual es un desafío para la misión de los dominicos en Paraguay y toda la comunidad, que intentan hacer vida todo lo que les enseñó.