Fr. Esteban Nko Sipi, OP es ordenado sacerdote en Malabo

El pasado sábado 21 de diciembre, Fr. Esteban Nko Sipi fue ordenado presbítero en la catedral de Malabo. Estuvo rodeado del cariño y oración de mucha gente querida, acompañado por cantos celestiales y ofrendas alegres. En su invitación, Esteban eligió: “El Hijo del hombre, no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos” (Mt 20, 28). Gracias Esteban por tu entrega y servicio.

Monseñor Juan Nsue Edjang, Arzobispo de Malabo, antes de las imposición de manos, hizo una bonita reflexión en torno a los pilares del carisma dominicano:dedícate a Dios, dedica tiempo para leer la Palabra con los ojos de Dios, interpreta los signos de los tiempos y sobre todo lee al Pueblo de Dios, anuncia el Evangelio del Amor y enseña. Apóyate en la comunidad y la oración, con el corazón abierto a Dios, tienes que llenarte de amor Dios para alimentar a los fieles de la comunidad parroquial, para así ser misionero del Amor de Dios. Dedícate a estudiar para poder enseñar. Comunica el Amor, celebra lo que vives e imita lo que conmemoras en la Eucaristía. Unge a los enfermos, abraza a los pecadores con el perdón. Has sido escogido y puesto al servicio de los hombres. Realiza este ministerio con caridad y alegría. No te olvides de cargar la cruz, para salvar al a humidad, cuando escuches la confesión de la gente y compartas su dolor. Sé cabeza y pastor, si me amas pastorea mis ovejas. Esfuérzate en unir a todos en una sola familia. Ten siempre presente el ejemplo de Cristo que no vino para que le sirvieran, sino para servir.
 
Después de su predicación, se pasó al interrogatorio del obispo al ordenado y la letanía de los santos, mientras Esteban se postró ante Dios con humildad, todos los participantes rezaron con él para que lo consagrara y bendijera. A continuación, el arzobispo y todos los sacerdotes le impusieron las manos para la transmisión del espíritu santo y se hizo la oración consagratoria donde manifestó su compromiso con la Iglesia y su voluntad de vivir acorde al Evangelio y proclamarlo, su disposición a vivir en el servicio y la oración.
 
Seguidamente, recibió la estola y la casulla de la mano de Fr. Roberto Okón, Fr. Javier Carballo y su querida hermana Leo, con la que se fundió en un emotivo y abrazo fraterno. ¡Yeyeba!
 
Unos instantes después el arzobispo ungió las manos de Esteban con el santo crisma, como signo de entrega y pertenencia a Dios, unas manos que a partir de ahora van a consagrar el Pan y el Vino, y le hizo entrega del cáliz y la patena. Después recibió el abrazo y el beso en las manos de sus compañeros sacerdotes y pasó a concelebrar la eucaristía.
 
En la acción de gracias, Esteban agradeció su vocación y la importancia de vivir con gratitud y esperanza. Quiere caminar con humildad y servicio, amar a todos. Agradeció a su familia por ser escuela de fe y amor, su refugio e impulso, por su amor incondicional y educación, por ayudarle a superar las dificultades y enseñarles el valor de la perseverancia. A los que están y a los que le han dejado tantas enseñanzas y junto a Dios siguen cuidando de él.
 
Agradeció a Monseñor sus palabras, y apoyo a los dominicos. Tuvo unas palabras de agradecimiento al Provincial de los dominicos por su confianza y acompañamiento, a Fr. Javier Carballo por llevar a los dominicos a Malabo, y a todas las comunidades que le han enseñado y acompañado en su camino. A sus amigos que le enseñan a hacer las cosas bien, a sus padrinos de bautizo por sus consejos y oraciones. A su familia de Córdoba por enseñarle que la fraternidad no conoce fronteras. A la familia dominicana. A su hermano y Padre en su vocación, Fr. Roberto Okón, gracias por acompañamiento, orientación, por enseñarle que la imagen de Dios es la humanidad en Cristo, por enseñarme a anunciar el Amor y por su sonrisa que ilumina y por ese fuego interio.

La fiesta continuó en la Parroquia Santa Maravillas de Jesús y al día siguiente con su primera misa en el pueblo que le vio nacer Rebola.  En la homilia, Fr. Javier Carballo destacó la labor de los sacerdotes de visitar, acompañar y cuidar. De hacer sentir a la gente en casa y ayudarles a crecer y a interpretar la presencia de Dios en cada uno, "El Señor está contigo". Que como el niño de Isabel salto de alegría al llegar María, sea alegre que es el brillo del Amor y cuidar lo pequeño que transforma todo...