Una paz desarmada y desarmante: el mensaje del Papa para comenzar el año
En el marco de la LIX Jornada Mundial de la Paz, la Iglesia invita a orar, reflexionar y actuar por una paz fundada en el diálogo, la justicia y la fraternidad

Desde 1968 y por iniciativa de San Pablo VI, los católicos celebramos año con año, el 1 de enero, la Jornada Mundial de la Paz. Por eso, el Papa León XIV ha publicado un mensaje invitando a toda la familia humana a reflexionar, orar y actuar en favor de la paz. El título del mensaje de este año es:
¡La paz esté con todos vosotros: hacia una paz ‘desarmada y desarmante’!
Este título se inspira en las primeras palabras del nuevo Papa, el día en que fue elegido para pastorear a la Iglesia Católica. Aquel día, al igual que ahora, el santo padre nos saluda con las mismas palabras que usó Jesús reiteradamente para dirigirse a sus discípulos en la mañana de Pascua: “¡La paz esté con todos vosotros!", de este modo conecta el principio y el final de la vida terrenal del Señor. Porque el nacimiento del Hijo de Dios trae a la historia humana una promesa: “¡gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz!", y su resurrección hace posible el florecimiento de una humanidad nueva portadora y constructora de paz. De principio a fin, el paso del Príncipe de la Paz en medio de nosotros abre caminos de concordia, reconciliación, fraternidad y comunión.
Pero el santo padre agrega que la paz de Cristo, que debe ser la paz que promovemos los cristianos, es una paz “desarmada” y “desarmante”. Desarmada, porque no podemos trabajar por la paz y, al mismo tiempo, prepararnos para la guerra, crear mecanismos de defensa para el contrataque o mantener la espada desenvainada. La persona verdaderamente pacifista renuncia a toda forma de violencia y opta por no responder al daño con más daño. De hecho, este fue uno de los rasgos de Cristo que más desconcertó a los discípulos durante los dramáticos días de la pasión. Pero, además, el papa insiste en la importancia de sustituir las armas por el diálogo, y esto a todos los niveles, desde el ambiente familiar hasta los grandes conflictos bélicos que continúan sin solución. Desarmante, porque nuestro testimonio de paz debe invitar a otros a asumir la misma actitud. Al nivel de las relaciones familiares e interpersonales el Papa dice con gran contundencia “la bondad es desarmante”. Y a niveles más globales, apunta hacia la diplomacia, la mediación y el derecho internacional, como mecanismos que ciertamente conducen al tan ansiado desarme.

En el momento histórico que estamos viviendo, de tanta polarización, confrontación e intolerancia, necesitamos escuchar y trabajar para que se hagan realidad, las palabras que el santo padre dirige a los miembros de la Conferencia Episcopal Italiana y que aparecen citadas en este mensaje: «que cada comunidad se convierta en una “casa de paz”, donde aprendamos a desactivar la hostilidad mediante el diálogo, donde se practique la justicia y se preserve el perdón».


