La Semana Española de Misionología nos invita a ser “Misioneros de la Esperanza”
Del 1 al 4 de julio se celebró en Burgos la Semana Española de Misionología 2025, con el lema “Misioneros de la esperanza”. Participamos compartiendo la experiencia de la misión como camino comunitario.

Del 1 al 4 de julio se celebró en Burgos la Semana Española de Misionología 2025, bajo el lema “Misioneros de la esperanza”, un encuentro que reunió a misioneros, expertos y laicos comprometidos con el anuncio del Evangelio. Entre los participantes estuvimos presentes Misioneros Dominicos – Selvas Amazónicas, compartiendo la riqueza de la misión en comunidad y en el compromiso de ser testigos de la Buena Noticia.
La misión: tarea de todos y camino compartido.
Durante estos días, se destacó que la misión no es una tarea individual ni exclusiva de unos pocos, sino que es una vocación compartida, una responsabilidad de toda la Iglesia. Como comunidad cristiana, estamos llamados a abrir caminos de esperanza allí donde parece que no la hay, contagiando amor, compromiso y cercanía.
El obispo auxiliar de Madrid, Vicente Martín Muñoz, nos recordaba que “abrir caminos a la esperanza requiere salir al encuentro, comprometerse con el bien común y fortalecer la comunidad”. La misión es volver a la Palabra, y la presencia discreta, memoria viva y compañía fiel. El misionero es el testigo de los pequeños detalles que generan vida, incluso cuando nadie lo ve.
La esperanza nace donde otros no miran
Uno de los momentos más profundos de la semana fue la reflexión sobre los “Testigos de la esperanza en la Biblia”, donde se nos invitó a mirar hacia quienes el mundo suele ignorar. Manuel Pérez Tendero nos conmovió al decir: “Si miráis para abajo, donde nadie mira, tendréis esperanza. El mundo está lleno de viudas que lo dan todo, sin que nadie se entere.”
La esperanza hoy se cultiva precisamente en esos espacios de sufrimiento donde se descubre que el amor es fuente inagotable de vida y transformación. Como decía Fernando Vidal: “La esperanza está entrañada en el amor. Cuanto más amor damos, más se multiplica."
Ser comunidades que contagian esperanza
Los ponentes coincidieron en que no podemos vivir la misión como cristianos aislados, sino que la comunidad es el verdadero signo de esperanza para el mundo. La fraternidad, la Eucaristía y la vida compartida alimentan comunidades que se convierten en faros de luz en medio de un mundo necesitado de sentido y alegría.
“Solo podemos contagiar esperanza si hemos sido contagiados”, afirmaba la Hna. Ana Isabel Gento, invitándonos a buscar espacios de encuentro reales, donde podamos tocar la carne, el corazón y el alma de los demás.
También se subrayó el papel de los jóvenes como signos de esperanza. A pesar de las heridas, la cruz y el sufrimiento, los jóvenes tienen la capacidad de transformar el dolor en búsqueda, ilusión y vida nueva.
Pablo Sánchez Bergasa nos animó a ver en los jóvenes no solo el futuro de la Iglesia, sino presente activo que construye nuevas vidas.
La alegría: rostro de la esperanza
La alegría misionera también fue protagonista de esta semana. Una alegría que no depende de los resultados, sino de saberse acompañado por Cristo Resucitado.
El periodista Fernando de Haro nos ofreció una imagen preciosa: “La niña Esperanza se alimenta del presente.” No se trata de esperar pasivamente el futuro, sino de vivir el presente con deseo de plenitud, como buscadores de sentido, con una mirada que ama, que sostiene y que cree que algo bueno puede surgir.
El Dr. Eloy Bueno de la Fuente nos recordó que la misión de la esperanza se teje en las encrucijadas y hoy más que nunca, necesitamos discernir los signos de los tiempos, escuchar al Espíritu, caminar juntos en sinodalidad y ser creativos para abrir nuevas rutas para el Evangelio.
Una misión que continúa
Para Misioneros Dominicos – Selvas Amazónicas, esta semana ha sido una oportunidad para vivir y reafirmar que la misión es de todos y que donde hay amor, hay esperanza. Como nos recuerda la experiencia compartida, la esperanza no es un discurso, es presencia, es comunidad, es entrega silenciosa que transforma el mundo.
Belén Rodríguez Román - Directora Ejecutiva de Misioneros Dominicos Selvas Amazónicas