Docentes de Guinea Ecuatorial completan en Rebola la segunda fase del seminario-taller de formación dominicana
Educar para durar: una nueva semilla dominicana que crece en Rebola

Decía el historiador africano Joseph Ki-Zerbo que “educarse es durar”, porque solo una sociedad que invierte en su formación podrá sostenerse con dignidad y proyectarse hacia el futuro. Con ese espíritu se celebró del 28 al 31 de julio de 2025, en la Villa de Rebola (Guinea Ecuatorial), la segunda parte del Seminario-Taller de Docentes, que tuvo lugar en el colegio “San José de Rebola”. Fueron cuatro días intensos de formación compartida, donde medio centenar de docentes, con constancia y entusiasmo, profundizaron en su vocación educativa. Esta segunda fase nació del deseo profundo de los propios participantes, quienes, al concluir la primera edición, solicitaron a los formadores prolongar la experiencia para seguir profundizando en los temas abordados. Su petición fue acogida generosamente por los voluntarios de Misioneros Dominicos-Selvas Amazónicas: Lourdes, Fermín, y esta vez también Ana Isabel, cuya participación fue especialmente significativa.
Durante el encuentro se trabajaron contenidos esenciales para el fortalecimiento pedagógico: elaboración de programación didáctica en sintonía con el marco educativo nacional; metodologías y recursos adaptados a los distintos niveles educativos; instrumentos de evaluación y diseño de rúbricas; resolución de conflictos en el aula; y recursos de interioridad y técnicas de relajación.
Las sesiones, celebradas de 9:00 a 13:00 con una pausa intermedia, se organizaron en tres grupos según los niveles educativos: primaria, secundaria y ESBA. Esta dinámica facilitó una formación más contextualizada, permitiendo a los docentes aplicar los contenidos a su realidad concreta y fortalecer el diálogo entre pares.
El broche de oro fue la eucaristía de clausura, presidida por fray Roberto Okón Pocó, O.P., superior de los dominicos en Guinea Ecuatorial. En su homilía, con alma de maestro y corazón de pastor, exhortó a los docentes a vivir su vocación con entrega, gratuidad y, sobre todo, con amor. “No se puede educar sin amor”, afirmó con convicción. Estructuró su reflexión en tres pilares pedagógicos que bien podríamos llamar “las tres competencias del educador”:“saber ser (actitudes y testimonio), saber conocer (dominio y actualización de contenidos) y saber hacer (aplicación creativa y transformadora del saber)”. Asimismo, anunció que el próximo año esta semilla de “educar en dominicano” se ofrecerá a más pueblos y ciudades de la isla de Bioko.
La celebración eucarística tuvo un sabor profundamente africano: cantos en la lengua nacional bubi, gestos simbólicos de gratitud y regalos artesanales expresaron con belleza lo que el corazón vivía. En África, es de sabios agradecer. Y como recuerda un proverbio ancestral: “El árbol del agradecimiento siempre da sombra en tiempos de calor.”Por eso, expresamos nuestra sincera gratitud a los formadores, a fray Roberto, a Belén Rodríguez Román directora ejecutiva de Misioneros Dominicos-Selvas Amazónicas, a Juan Manuel Boté Bonkanka, a Concepción Bobuiche Maho y a cada uno de los docentes participantes, por haber creído en esta iniciativa y por seguir creyendo, con pasión y esperanza, en la educación.
Porque educar no es solo transmitir conocimientos, sino sembrar luz y esperanza allí donde muchos solo ven rutina. Y cuando esto se hace en comunidad, como familia dominicana, se convierte en un verdadero acto de fe en el ser humano y en su capacidad de transformarse.
Como decía Cheik Anta Diop: “No hay desarrollo posible sin una toma de consciencia cultural previa”. En Rebola, esa conciencia se está despertando en dominicano... y la educación ya ha echado raíces.
Fray Esteban Nko Sipi, O.P.