3ª edición de la Escuela de Verano “El Rosario” en Cuba: un proyecto que brinda amor
La Escuela, que dio la bienvenida a 80 niños y niñas el pasado 21 de julio, sigue creciendo en calidad y en cantidad. Un ambiente sano y acogedor para crecer felices

La tercera Edición de la Escuela de Verano "El Rosario", que coordina la Orden de Predicadores en Cuba, dio la bienvenida a 80 chicos, entre infantes y adolescentes de diferentes comunidades del Vedado, este 21 de julio. Con una calurosa actividad de acogida, abrió nuevamente sus puertas para reencontrarse con rostros conocidos y con otros más nuevos, que se incorporan este año.
Estuvieron presentes los familiares, los profesores de los talleres de arte y el equipo de colaboradores, estructura básica de apoyo a la Escuela de Verano, constituido por las señoras de la Comunidad Parroquial de Nuestra Sra. del Rosario.
El Superior de la Orden, Fray Celio de Padua García, OP, expuso su marcado interés en que “el Centro siga siendo un lugar acogedor, bello y cálido, en la excelencia y el respeto de cada servicio que allí se brinda con amor”.
Conscientes del valor y la necesidad que tienen los niños y los más jóvenes de casa, de convivir en espacios sanos, los padres y demás familiares allegados, se comprometieron agradecidos, en el cumplimiento responsable de enviar a sus hijos todos los días de este periodo vacacional para que puedan adquirir, no solo conocimientos de arte, sino también buenas prácticas relacionales en un ambiente acogedor y de sano esparcimiento, durante este tiempo.
La Escuela de Verano sigue creciendo en calidad y cantidad. Los profesores asumen el reto de entregar lo mejor de cada uno y aportar valores y virtudes humanas en cada clase; un esfuerzo necesario en los tiempos de desesperanza y escasez que vivimos en la Cuba actual. La señoras (ya ancianas) de la Parroquia se esmeran en la higiene, el orden y el buen gusto; elaborando con marcado atino las meriendas y almuerzos que la Escuela también ofrece.
La cocina se incorpora, una vez más, al arte del buen comer; ensanchando el paladar de los chicos y contribuyendo, desde este proyecto, a aliviar la difícil situación alimentaria que se vive al interior de las familias cubanas.
Este año, la Escuela se propone incorporar la ciencia al arte para que ambas se den la mano; ayudando de este modo, a mantener despierta la curiosidad y el interés de los infantes y adolescentes por alcanzar, a través del conocimiento, una felicidad que aporte a su desarrollo integral.
Fr. Celio de Padua García, OP es el Superior de Orden de Predicadores en Cuba